Mi alternativa al work-life balance.

Durante años me han dicho que no tenía equilibrio entre el trabajo y mi vida personal. Amigos y familiares bien intencionados me daban todo tipo de consejos. Esto me empujó a buscar maneras de «administrar» mejor mi tiempo para poder lograr más durante el día. Fallaría una y otra vez.

Después de reflexionar mucho, me di cuenta de qué es lo que me molesta acerca del equilibrio entre la vida laboral y personal como concepto y mi propia solución al «problema».

Verás, el equilibrio trabajo-vida es inalcanzable. Es imaginario y subjetivo. Hace que la gente juzgue a los demás y a ellos mismos. Como resultado, las personas se sienten mal por ninguna razón real.

En primer lugar, ¿cuál es el estándar? ¿Ocho horas de sueño, ocho horas de trabajo, una hora de ejercicio, dos horas para ir y venir del trabajo, una hora para leer, tres comidas, actividad social una vez a la semana, vacaciones una vez al año? ¿Es ese el horario que te satisface, que te hará feliz?

¿Qué pasa si eres soltero? ¿Casado con hijos? ¿Sin hijos? ¿Qué si eres padre soltero? ¿Cuáles son las reglas para cada uno? ¿Hay diferencias para hombres y mujeres?

El trabajo es parte de la vida. No debe competir con ella. No es que tengas que elegir entre los dos. Se supone que no debes sacrificar uno por el otro. De la misma manera, tampoco debería ser lo único en la vida.

Cómo cada persona prioriza sus actividades diarias es una elección personal. Si lo que funciona para una persona no funciona para otra, ¿por qué comparamos sus estilos de vida?

Luego, está el asunto de la pasión. ¿Es buena idea frenarla? No puedo imaginarme a Walt Disney, Marie Curie, Nelson Mandela, la Madre Teresa y tantas otras personalidades notables preocupándose por cómo utilizaron su tiempo. Para alcanzar la grandeza, para cumplir una misión, para marcar la diferencia, necesitas dedicar tiempo y esfuerzo para realizar tus sueños. Punto.

Por supuesto, el concepto tiene intenciones positivas. Es especialmente importante que las empresas tengan la conversación para garantizar el bienestar de sus empleados. Tiene mucho que ver con la cultura corporativa. Esa es una discusión para otro momento.

No me atrevo a decir que lo tengo todo resuelto. Pero, he encontrado algo que funciona para mí.

Hace tiempo atrás, un colega me dijo: «Tienes muy buen chi».

Chi es energía vital de una persona. Es su fuerza de vida. La idea es similar al prana en el hinduismo.

Sí, tiendo a trabajar mucho. Nunca es difícil cuando me estoy divirtiendo. Un día, sentí que mi nivel de energía bajaba. No me refiero a estar cansada. Eso se arregla fácilmente con dormir. Es difícil de describir. Es como si la energía estuviera bloqueada y no pudiera moverla libremente a mi voluntad. Fue entonces cuando me di cuenta de que me estaba excediendo. La realización me llevó a un examen de conciencia.

Esta es mi respuesta. En lugar de preocuparte por tu agenda, cuida tu chi.

¿Cómo?

  1. Acepta quien eres.
  2. Escucha a tu cuerpo y tus sentimientos.
  3. Confía en tu sabiduría interior. Tienes a tu disposición tu brújula interna. Deja que sea tu guía.
  4. Ve con tu flujo natural. Si pierdes el foco en una tarea, toma un descanso, pasa a la siguiente y vuelve a ella más tarde. Si estás concentrado, no te detengas.
  5. Estar presente. El tiempo es ahora. Das lo mejor de ti estando en el momento.
  6. Realiza tareas de acuerdo a tu ritmo circadiano.
  7. Duerme, come, haz ejercicio, trabaja, juega, socializa … en las dosis que necesites.
  8. Come bien. La comida es medicina, o veneno.
  9. Sé flexible. El control solo agrega presión con el tiempo.
  10. No seas demasiado duro contigo mismo. No te ayuda a ser mejor.
  11. Haz lo que amas, ama lo que haces.
  12. Deja ir el miedo. Es la raíz de muchos problemas.
  13. Encuentra salidas para el estrés. La respuesta defensa-huida roba energía de funciones importantes.
  14. Apoya y déjate apoyar por tus seres queridos. Ningún hombre es una isla.
  15. Mantén tu chi fluyendo. Mantente en armonía. Ya estás equilibrado.

El sabio Confucio dijo alguna vez: «Dondequiera que vayas, ve con todo tu corazón».

No te limites por un concepto inventado. Vive la vida plenamente. Este es mi deseo para ti.